Consciencia sobre nuestro espacio. ¿Qué importancia y cuidado le damos?
Empezando por nuestro espacio corporal, nuestro templo. ¿Cómo cuidamos, respetamos y amamos ese espacio sagrado?
Nuestro espacio más próximo, nuestro hogar, el espacio donde habitamos, donde dormimos cada noche, donde nos alimentamos, nos protegemos, buscamos confort y elegimos con quien compartir. Cómo lo ambientamos? Lo limpiamos?
Luego… la calle, la ciudad, los lugares a donde asistimos, trabajo, colegio, parque, lugares públicos/privados. Lugares que usamos, que nos brindan sus servicios, que nos permiten estar. Como los cuidamos?
Vamos un poco más allá, el mundo, nuestro, tuyo, mío, de todos. Lo protegemos? Cuánto hacemos por él?
Somos una pequeñísima parte del planeta, muy mínima, y a la vez muy importante. El planeta también es nuestro, como nuestro cuerpo, nuestra casa, nuestra ciudad… Tomar consciencia, implica informase acerca de los daños que provocamos. Saber cómo un mínimo acto nuestro puede empeorar o mejorar el planeta. Si cada pequeñísima parte del planeta, cada persona, cada uno, hace al menos un cambio, en el mundo, las repercusiones son muy grandes.
Tomar consciencia y tomar acción. Informarse y actuar. Cuidar y recuperar nuestro gran hogar, ese hogar que nos cubre a todos, más allá de las fronteras, más allá del color de tu bandera o de la lengua que hables, todos somos parte de este mundo.
Todos somos responsables, así como también parte del cambio.