La autorrealización consiste en descubrir y vivir nuestra verdadera naturaleza, nuestra identidad más profunda; aquello que somos; nuestra esencia atemporal.
Para lograr este proceso debemos sintonizar nuestra conciencia con la fuente absoluta de donde procede la energía, el amor y la inteligencia que nos constituye. Lo que conlleva a la actualización de nuestras potencialidades.
El simple acto de observarnos, nos lleva a constatar que hay algo dentro nuestro que empuja y pugna por surgir, por desarrollarse, en nuestro interior. Experimentamos que la vida se vive en nosotros a través de la energía, el amor y la inteligencia. Somos un potencial que la vida empuja a actualizar. Sentimos un ansia de plenitud. Nuestro propio camino consiste en hacernos conscientes de que esa plenitud que anhelamos ya está en nosotros, y alcanzarla es el resultado de la actualización del potencial que ya somos.
Para lograr la autorrealización, debemos hacer crecer nuestras cualidades y no luchar contra lo que denominamos defectos. Tendemos a creer que lo que nos hace felices o desgraciados depende del exterior, que son las personas, las circunstancias que nos rodean.
Por lo contrario, la calidad de nuestra vida depende de la calidad de nuestra respuesta.